domingo, 3 de febrero de 2013

Febrero con F de Felicidad

 
Hace un par de días que comenzó el mes de febrero, el más corto del año. Lo más breve suele ser lo más intenso, lo más dinámico y lo más bueno. Ningún gran momento es tan duradero como los días de tristeza y de lágrimas constantes. La melancolía y frialdad de meses como diciembre o enero contrasta con el dinamismo de este mes especial, el del carnaval y sobre todo, el de San Valentín. Aunque eso ya es otra historia. Dejemos nuestras bocas sin aliento porque en la vida merecen la pena solo esos momentos en los que debemos contener nuestra respiración por la alegría que sentimos. Olvidemos el pasado y comencemos este mes con una deslumbrante sonrisa en la cara, porque Febrero contiene la mágica F de Felicidad.
 
La felicidad, ese estado de ánimo que siempre buscamos y que siempre está ahí, aunque pocas veces lo encontremos entre nuestros corazones. Ser feliz es la base de una vida ya de por sí demasiado complicada y melancólica para seres tan indefensos como nosotros. ¿Realmente disfrutamos de la felicidad? Ese es el secreto de cualquier terrenal, de cualquier persona que habita en este maravilloso lugar que es la Tierra. No disfrutamos de los momentos que vivimos con nuestros seres queridos, hasta que se convierten en recuerdos.  Pocas veces he visto a las personas de mi alrededor decirme a la cara "Estoy feliz". Puedo notar que tengo personas felices a mi alrededor, pero ninguna me lo dicen. ¿Por qué solo contamos nuestras penas? ¿Acaso está prohibido gritar al mundo entero que eres feliz? Entiendo que la gente necesite ayuda en sus momentos de soledad, pero también merece compartir su alegría con el resto. Y es que uno solo es realmente feliz cuando el resto también lo es.
 
Cualquier corazón pensará que la felicidad está en un amor correspondido, en lograr cualquier elemento material que se compre con dinero... Pero si hay algo que hace feliz a la gente es ver a alguien sonreír y saber que el motivo de su risa eres tú. ¿Hay algo mejor que eso? Sastres de sonrisas se denominan algunos en esta vida. Quien crea sonrisas no es capaz de presumir por haberlas sacado, sino de disfrutar por haberlas logrado. Las disfruta en silencio, en su bondadosa mente que le saca una indirecta sonrisa en su cara por haber logrado lo que un día se propuso. "No vivas para que tu presencia se note sino para que tu ausencia se sienta" decía Bob Marley. Nada más lejos de la realidad, los grandes héroes son silenciosos en sus penas pero bondadosos a la hora de compartir sus alegrías. Hacer sonreír un corazón triste cuando el tuyo está rompiendo a llorar es un don que pocos pueden llevarlo dentro. Ojalá algún día pueda sentir ese don dentro de mí, aunque nunca dude en no presumir de ello.
 
 
 
Sufrir en silencio, todos lo hemos hecho alguna vez. Ese típico "No me pasa nada" que todos hemos comentado a nuestros amigos cuando se nos veía solitarios era por pura generosidad. A nadie le gusta preocupar a las personas que realmente ama. Todos tenemos secretos que contamos a las personas de confianza, pero los grandes secretos y los grandes sueños solo los sabe uno mismo. Nadie cuenta su gran secreto, y creerme que esto es la pura verdad. Ahora lo pensais y os dais cuenta de que es de las pocas verdades absolutas de todo ser humano. Al fin y al cabo, no es difícil conocer nuestras propias mentes, somos igual de frágiles y sentimentales. No hay nada como el amor hacia un amigo o un familiar. Las relaciones son pasajeras pero las amistades son eternas. Los novios y novias pasan como cualquier noche solitaria, pero los amigos permanecen como el Sol de cada amanecer deslumbrante. Es por ello que siempre compartimos la felicidad con los amigos, las personas que se convierten casi en hermanos. Y es que no hay nada como la felicidad compartida.
 
 
 
En un mundo tan tacaño y obseso por el dinero las cosas más imprescindibles son las que no cuestan dinero. No porque sean gratis y sin valor, sino porque su precio es infinito y no se puede calcular. ¿Vale más la sonrisa de una bella princesa que unos simples pares de zapatos? ¿Vale más la alegría de un niño que un vestido con diamantes? ¿Vale más un "te quiero" de tu persona ideal que cualquier billete de 500€? Rotundamente no. Yo tengo muchos sueños en esta vida. Soy joven y algunos se han diluído por el camino, y otros se mantienen intactos. Tengo secretos no revelados y mejor guardados que cualquier nota de amor que me hayan escrito. Pero lo que sí tengo claro es que mi ilusión por cumplir estos sueños es la misma que hace 13 años cuando vine a este paraiso. Y mi gran sueño es compartir mi felicidad con el resto. Tal vez logre sacar sonrisas o tal vez no, tal vez logre ser admirado o tal vez no, pero mi empeño por conseguir ver feliz a una triste y preocupada sociedad nunca cesará. Soy un crío y soy ingenuo. Soy uno de siete mil millones. ¿A quién le importa lo que piense? Podría imaginarlo todo así, pero la ilusión y la felicidad es lo último que perderé.
 
 
PD: Si os he conseguido sacar una sonrisa con estos párrafos habrá merecido la pena escribir esto. Recordar que no hay que tener miedo a decir que somos felices, las alegrías hay que compartirlas. Solo así haremos de la felicidad una forma de vida. No todos merecen ser llamados "Sastres de Sonrisas", dar razones al mundo de que mereceis este apodo. Espero que os hayais identificado con estas palabras y ante todo que os haya gustado y entretenido, ha sido un placer para mí. Un saludo y disfrutar vuestra vida y este mes, porque febrero lleva la F de Felicidad.
 



 

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