martes, 11 de diciembre de 2012

Imaginar o soñar: La esencia de una corta vida

 
 
Este sábado no fue un día cualquiera, como cualquier 8 de diciembre que se celebra desde 1980, aquel año en el que Mark David Chapman asesinó a John Lennon (un genio de la música y un referente en la paz mundial). No fue un día normal porque entre mis sábanas calientes como un apasionado beso bajo la luna, mis oídos se levantaron escuchando cada una de las notas que conforman aquella maravillosa melodía que Lennon maquinó en su cabeza allá por los '70, esa melodía llamada Imagine. Hoy un genio como él no está con nosotros (comprensible, porque los genios solo se van jóvenes hacia los altares dorados del cielo), pero donde quiera que esté, estos humildes párrafos basados en los sentimientos de mi corazón van dedicados a él. Descanse en paz, Mr. Lennon.




 
 
Imaginar y soñar. Qué dos fantásticas sensaciones que nos permiten crear en nuestra mente historias sin escribir, pero que bien podrían ser relatadas de tal manera que quedasen en nuestra memoria para siempre. Imaginar, fabricar sueños ficticios para un mundo real y cruel. ¿Quién no ha imaginado alguna vez un mundo unido, o un beso apasionado por las calles mojadas de París? Qué fascinante resulta pensar en ese viaje que hacemos a través de nuestra mente mientras cerramos los ojos y desarrollamos con nuestro corazón lo que nuestros ojos nunca han podido ver. Ahora que muchos ilusos nos cuentan que el mundo se acaba al compás de una lenta y dulce melodía sería el momento idóneo para empezar a mostrar nuestra imaginación en el mundo real y decir todo lo que sentimos, dar un abrazo y un beso a la gente que amamos, ser nosotros mismos y explotar nuestro talento ante la mirada del Sol radiante... Al fin y al cabo, todo lo que imaginamos en nuestra cabeza es por amor; aquello que muchos quieren tener, pero que pocos ofrecen realmente. Y es que un sueño que sueñas solo es sólo un sueño, mientras que un sueño que sueñas con alguien es una realidad. Se podrán experimentar tantas cosas en la cabeza de una persona, que ninguna es como el amor por alguien.
 
Soñar, aquello que a los seres terrenales nos parece tan virtual, pero que es tan necesario en nuestras vidas. Muchos tememos contar nuestros sueños, que parecen tan absurdos que harían hasta gracia. Pero por eso son sueños, no entienden de lógicas ni de razones. El corazón no entiende las razones de la razón, dice una gran frase, ni la razón comprende las razones del corazón. La vida en general es un sinsentido constante que solo tiene sentido cuando nosotros mismos se lo damos. Cada persona tiene un sentido de la vida, un sueño diferente, una razón por la que luchar. La mente no entiende de edades ni de razas, ni de machismo ni de religiones. Es lo más puro que posee el humano, y a través de ella se ama a las personas. Seguramente pocas personas valoren estas palabras hoy en día, porque se entiende por amor un físico en su máximo esplendor, más que un corazón tierno y necesitado de cariño. Tan listos y tan tontos que podemos llegar a ser... Paradojas de la vida. Y es que detrás de cada bella princesa, hay un gran idiota, afirmaba el grandioso Lennon. Idiotas que se pegan entre ellos, que luchan contra seres de su misma especie solo para demostrar una mediocre grandeza. Razones incoherentes de la razón que nunca llegaremos a entender.
 
Pero la vida no está hecha para comprenderla, sino para vivirla. Lennon no pudo disfrutarla tanto como debería. Y es que antes de entristecernos y desear nuestra muerte, recordemos a aquellas personas que murieron sin desearlo, y vivamos sonriendo por ellos. Y soñemos, e imaginemos todas aquellas paradojas que los genios que se fueron no pudieron demostrar. Intentemos amarnos, abrazarnos y valorar cada beso entre todos nosotros como el mayor tesoro de la vida. Porque se puede vivir sin dinero, se puede vivir sin lujos, pero no se puede vivir sin amor, sin sueños en un corazón desdichado. Cumplamos todos nuestros deseos antes de que todo se esfume en un segundo. Y entonces no habrá tiempo para soñar ni para disfrutar de la esencia de la vida: todo aquello que solo nosotros podemos imaginar.
 
PD: Espero que hayais disfrutado del artículo y que os haya sacado una sonrisa, por encima de cualquier sentimiento que os haya podido producir. Esto va dedicado para todas aquellas personas que algún día imaginaron un mundo mejor y lucharon por cumplir sus sueños, como hizo Lennon hasta que Dios se lo llevó el 8 de diciembre de 1980. Hasta siempre John.
 
 
 

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