sábado, 19 de octubre de 2013

La vida en rosa


"La vie en rose". Tan simple como complejo, tan insignificante como significativo. "La vida en rosa" que recitaba Édith Piaf en su exitoso intento de embellecer el hermoso lenguaje que originó la Galia en forma de música. En un canto de amor hacia el hombre por parte de la mujer, bajo la atenta mirada de la inmensidad de su natal París, esa mujer de mirada penetrante, de voz tierna y expresiva, de sonrisa hermosa y lágrima desconsolada, así como de presencia imponente, deslumbraba a Francia olvidando sus penas en el amor de su humilde y anónimo caballero. Una forma de entender el mundo, una percepción de los valores de la vida. "La vie en rose" que lo llamaba la hermosa Édith. Ella se fue, como otras muchas mujeres, víctimas del maldito cáncer. El suyo no era de mama, pero de la misma manera que millones de doncellas, apagó su voz y elevó su alma al cielo. Lo regaló, mejor dicho. Eterna bondad la suya. Principio que cualquier ser humano está dispuesto a mostrar ante la mayor dificultad. Juzgados y deshonrados, pero no hay mayor grandeza que la del propio humano. Unido en la adversidad, mirando en la misma dirección. Todos con un mismo destino, pero empeñados en crear un hermoso final. Y todos en el mismo camino, en la misma filosofía, nos agarramos al camino de la vida. "La vida en rosa" que diría nuestra querida Édith.


El color rosa, el rojo vivo aclarado. Referencia de felicidad y alegría en las creencias cristianas. Ejemplo de vivacidad en cualquiera de las entes terrenales humanas, ya sean ateas o seguidoras de las eternas divinidades. La vida, el regalo con más defectos que jamás la ciencia, o Dios (quién sabe el cómo, el cuándo y el porqué), pudieron crear. Hambre, guerras, enfermedades, odio, lujuria, avaricia, pobreza, muertes, traiciones... Dichoso el creador de este infierno en forma redonda, elíptica, achatada, o lo que sea. Pero ya pueden ser infinitos los problemas, que a pesar de todo, sigue siendo un regalo. Ni se puede devolver prematuramente ni se debe tirar sin compasión por vicisitudes del destino. Como buen regalo que es, se ha de aceptar, se ha de disfrutar. Y como un regalo, por malo que sea, no se ha de regalar a nadie, hemos de luchar por quedarnos lo que es nuestro. Sea cual sea el ladrón y sea cual sea la lucha,  nadie ha de quitarnos lo que nos pertenece. De eso entiende poco el cáncer, cruel fiera que el destino cruzó en nuestros caminos. Maldito impostor que humilla los mitos divinizados de las bestias diabólicas de Grecia. Imparable, letal, insaciable. Benditas las almas que nos robaste por el camino, y dichoso el sufrimiento que les causaste gratuitamente, sin beneficio alguno. Que alguien te haga pagar algún día tanto dolor en forma de desaparición.


Algún héroe con capa en forma de bata blanca, con kriptonita en forma de invenciones químicas y científicas llamadas medicamentos, con su centro de magia en forma de laboratorio, acabará algún día contigo. Tarde o pronto, pronto o tarde. A pesar de que ciertos crueles hipócritas disfrazados con corbatas y trajes adinerados limiten sus posibilidades. Ese día llegará, y ese héroe se alzará a los cielos como hicieron miles de terrenales. Sin ser dioses, fueron divinizados. Sin ser inmortales, fueron eternos, como la vida. Eterna es ella, la querida y amada vida, no como tú. Una simple lacra inoportuna que viene a sustituir a la peste negra como una cruel moda. El tiempo es justiciero, y acabará honrando a todas esas almas que hoy al fin descansan en paz. No importarán los actores, simplemente el acto. Ellos sonreirán, porque nunca se fueron. Y ellas, las guerreras, esas 185.000 mujeres que cada año te cobras como víctimas de tus caprichos, te habrán vencido. Porque, permitidme queridas damas, recordaros que no hay un sexo tan fuerte como el vuestro. Vosotras creáis la vida, y sois muchas de vosotras las que lucháis por ella. Por ellas, por esa mujer de cada once que padece esta cruel enfermedad, y por cualquiera de las hermosas doncellas que pueblan nuestro mundo, que nadie os borre la sonrisa y que nadie os quite las ganas de vivir. 


Mientras tanto, no queda otra que seguir mirando "La vida en rosa". Recordando que la vida es un regalo por el que luchar, y que cuando deseemos la temida muerte, recordemos a aquellas personas que murieron sin desearlo. Uniéndonos en seguir un solo sendero, aquel que nos guía al amanecer rosado, el que representa la prosperidad y la fe en un objetivo, y ante el cual no importa cuán duro sea el camino ni los castigos llevados a la espalda (hasta aquí eres eterno, Mandela). Mirándonos al espejo y contemplando la inmensidad de nuestras miradas. Y sin olvidar, queridas chicas, que vivir feliz es mucho más bello que aparentarlo. Sea en un prototipo de físico tan falso como ideal, o en un mar de lágrimas que se traga a vómitos miles de sonrisas. Porque no hay mayor arma que el optimismo, el que supera calamidades y otorga oportunidades. La oportunidad de seguir viviendo, de seguir luchando. De seguir disfrutando de la brisa del amanecer en nuestros hermosos rostros. De seguir despertando por un sueño por el que luchar. De seguir viviendo "La vida en rosa".


PD: En esta post-data final, quiero realizar mi mención especial a todas las personas que padecen esta cruel enfermedad. A los que se fueron y a los que siguen entre nosotros, porque todos siguen viviendo en nuestros corazones. Cada año las recordaremos y las seguiremos teniendo presentes, luchando ante esta lacra que opaca nuestras inicuas vidas. Para todas estas personas va mi más humilde y sincera dedicatoria. Espero que las personas que puedan leerlo se conciencien a seguir luchando para que el cáncer se convierta al fin en un simple signo del zodiaco (y en concreto el de mama) y disfrutando de nuestras vidas, nuestros regalos. Finalmente, os dejaré una versión de la canción de Édith Piaf "La vie en rose" mediante la cual he inspirado este texto. Ella vino al mundo un día 19 (de diciembre, concretamente) y ella también nos dejó en este mes de octubre. Para ella y su eterna voz mi más sentido homenaje. Un saludo y ser felices.


1 comentario:

  1. I like it! Como siempre David, tu ya sabes que desde hace tiempo espero ansioso tus entradas y, una que tu y yo sabemos, en especial. Sigo firme, quiero leerte toda la vida, eres muy bueno David.

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